miércoles, septiembre 21, 2005

La Escuela al campo y la familia cubana.



Por: Reider Sosa Dieguez. *
En la Isla de Pinos, situada al sur de la Isla de Cuba, el sistema educacional regula; que los educandos, al concluir el sexto grado tienen que ingresar obligatoriamente en las Escuelas en el Campo con régimen de internado (domingos hasta viernes o sábado). Según las autoridades gubernamentales del territorio; esto se hace basado en un planteamiento martiano de “conjugar el estudio con el trabajo”.
Este planteamiento no dice que se haga de esta forma, ya que Martí fue un ferviente defensor de la unidad de la familia y este régimen hace que niños de once y doce años sean separados de sus padres, sufriendo unos y otros diversos desajustes emocionales; pues una de las etapas donde más se necesita de la vigilancia educativa y afectiva de la familia, para que en el futuro se logre un ser humano que tenga como objetivo primero la atención a los suyos.
Se ha comprobado que desde hace mucho tiempo estas Escuelas en el Campo han dejado de tener las mínimas condiciones de vida. No hay suficiente agua, por lo que la higiene deja mucho que desear y cuando falta completamente hay que extraerla de la cisterna, causa que ha provocado la muerte de dos niños por bañarse dentro de la misma. No existe privacidad en las duchas, son colectivas tanto para hombres varones, este hace que se pierda el pudor y que aparezcan trastornos psicológicos, pues es la etapa del desarrollo sexual, las burlas por las diferencias de los órganos de reproducción provocan estos trastornos que muchas veces son irreversibles. Otro problema frecuente es el maltrato físico y psíquico de niños mayores a menores en los albergues y en algunos casos de profesores a alumnos, imperando la “ley del más fuerte”. Han existido casos de coacción sexual a niñas para que ganen puntos en una prueba o para aprobar una asignatura que tenían suspensa. Otras veces ha sido el pedido de obsequios materiales, tanto a alumnos como a padres, para aumentar puntuación, mejorar condiciones, dar pases extras, etc.
Todas estas situaciones están muy distantes de la formación del “hombre nuevo” que se suponía naciera en el Socialismo y creara el Comunismo. Ahora se culpa a la familia de los problemas que surgen con los niños y niñas que hacen rechazo al sistema de becas y se vanaglorian cuando algunos alcanzan puestos políticos egresados de esas escuelas, sin medir nunca cómo es ese hombre o esa mujer en el plano humano, afectivo, de dignidad y hasta moralmente. Porque los que importa por encima de todo, es que sea un defensor del sistema político que el gobierno tiene implantado, que haga tribuna de las ideas que se le ocurran al máximo dirigente, sin cuestionar si son justas o no, si son efectivas o no, como es el triste caso de la Escuela en el Campo obligatoria para los que vivimos en este pedazo de tierra cubano deseando que nuestros hijos sean educados en casa, bajo al amparo de la familia en la edad que más necesita de ella.
Nueva Gerona, Cuba.18 de agosto de 2005.
*Lic. Reider Sosa Diegues. Psicólogo. Miembro del Centro de Salud y DDHH. “Juan Bruno Zayas” de Cuba.
Nancy T. Ángel-Bello Báez, escritora y poeta, colaboradora en el presente articulo.

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