lunes, octubre 31, 2005

Armas de penetración masiva.



Armas de penetración masiva.
Ser seleccionado en Cuba para cumplir una “honrosa Misión Internacionalista” conlleva una ruptura de valores, consideraciones personales y familiares y la sola decisión violenta el tiempo y el espacio. No existe la menor duda que aún está por analizarse, las profundas huellas dejadas en la sociedad cubana cuando cientos de miles de cubanos han sido y son enviados a trabajar a sitios tan distantes como Siberia, Namibia o el Paraguay.
De esta masiva experiencia sólo queda en lo personal: detritus de historias inacabadas, excrecencias de la memoria confundidas por los razonamientos y los recuerdos mezquinos, y sobre todo, un acontecer ya pretérito que todos tratan de borrar de sus mentes. Nunca he entendido como una experiencia tan rica que alcanza a tantos, e insertada en espectros  tan amplios en el orden geográfico y social, no es motivo de atención por los propios protagonistas.
Los cubanos que alcanzaron a participar en los eventos “internacionalistas’ tienen una especial tendencia a olvidarlo  todo; sufren de una amnesia lacunar  colectiva de la cual no pueden sustraerse. Es una conclusión colectiva: “la misión fue, - o es -, una pesadilla, igual de colectiva, y lo mejor es olvidar”.
En autor junto a otros cooperantes en el
Palacio de Convenciones en Managua, Nicaragua
1987

No lo creo así. Hay experiencias  que todos quieren soslayar pero muchas tiene un valor anecdótico que no se pueden cuestionar y sirven de asidero a nuestra memoria para, entre otras cosas, poder escribir, siempre que sea posible, con apego a la verdad. Y así hago.
Contemos la historia, algo sórdida pero historia al fin.
Enviado a trabajar a la República de Nicaragua como Médico Internacionalista, creí conveniente insertarme en la sociedad nicaragüense toda vez que allí estaría viviendo y trabajando durante dos años; también debido a mi interés por este país  que se había despertado desde que fui seleccionado por el Ministerio de Salud Pública (¿?) para que fuera a prestar mis servicios como Especialista de Medicina Interna (¿?).
Para comprender un país lo mejor es relacionarse de inmediato con sus nacionales, pero esta lógica no funcionó. Al llegar a la Brigada Médica que nos fue asignada el Jefe de Brigada , un oscuro personajillo lleno de complejos y el Secretario del Partido (PCC), un cínico y libidinoso ambulanciero; se reunieron de inmediato conmigo para “leerme la cartilla” y entre otras cosas se me informó que las relaciones, fuera de las que se establecían durante y en relación al trabajo, respondían a un turbio reglamento no escrito donde  quedaban excluidos los extranjeros (personas de otras nacionalidades radicadas en Nicaragua).Con relación a los nicaragüenses;  toda relación amistosa, visita a las casas de los mismos , a sus  centros de trabajo o de recreación; debía de ser informada con antelación y estaba sujeto a aprobación o no por parte de la Jefatura de la Brigada, de la Misión Médica Cubana en el país , o incluso de la Embajada Cubana. Esta tortuosa agresión a la individualidad tenía explicaciones porque se asumía que estábamos en un país en guerra y que corríamos peligro de ser objetos de atentados. Aquello no se lo creía nadie, pero lo mejor estaba por venir.
Días después, cuando se sumaron otros cooperantes a la Brigada Médica, se convocó una reunión. Ya me parecía algo raro que a pesar del círculo cerrado que eran  estas Brigadas,  la información que se manejaba allí y lo que era visible: como armas, uniformes, parque militar y documentos; en aquel escenario deambulaban alguna jóvenes y otras no muy jóvenes nacionales, que a ratos y respondiendo a una órdenes dadas mediante miradas; se perdían en la privacidad de las habitaciones individuales. Y se dio la información sin reservas ni medias tintas: estaba debidamente autorizado las relaciones con las nacionales (léase nicaragüenses) incluso podían compartir todas las facilidades de las brigadas, pero eso sí, cuando el número de “relaciones” superaban el  número 4 y se hacía evidente  que la relación afectiva se consolidaba, el cooperante debía llenar el modelo. ¡¿Llenar el modelo?!
En efecto cuando se establecían relaciones afectivas, lo que pudiéramos llamar “soxuales” (sociales –sexuales), el Jefe de Brigada echaba mano a un grupo de planillas o formas como se les dice por estas partes y en todo solemne se la hacía llegar al cooperante cubano. La planilla era un modelo impreso en una hoja “de las largas” en Dito, tinta azul. En su primera página el cooperante debía poner todos los datos de la compañera nicaragüense que compartía su afecto así como la de sus familiares. Era tal la abundancia de datos que incluía las señas personales de sus parientes. Al dorso de la hoja, el cooperante se encontraba un primer aspecto donde debía de poner sus opiniones sobre las familias y sus miembros, en relación a sus hábitos y preferencias políticas; un segundo aspecto dejaba un margen de opinión de lo que el cooperante consideraba de “utilidad” futura en esta familia. La planilla se hacía llegar al agente de la Dirección General de Inteligencia  cubana (DGI), que radicaba en Managua, Nicaragua y  atendía la Brigada; un sujeto rastrero y miserable por excelencia.
Obra mezquina, cínica y sucia de la Dirección General de Inteligencia para ser aplicadas en un país extranjero como forma de obtener información utilizando el sexo, o mejor el Himeneo, de una masa de cooperantes hombres a los cuales hay que utilizar de alguna manera; aún en su intimidad. Qué golpe bajo, cuanta ruindad en  esto que obligaba a los médicos, enfermeros, y todo el personal a prostituir su relación y que en no pocas ocasiones produjo consecuencias aberrantes y desgarramientos. Había descubierto la utilización de las armas de penetración masiva, en el exacto sentido de las palabras.
El pueblo nicaragüense, su parte  más pobre y desprotegido, es un pueblo noble y de actitud amable para con los extranjeros. Tenían una especial preferencia en el trato con los cubanos, pero los dirigentes comunistas cubanos a todos los niveles, pisotearon a este pueblo con la complicidad de los dirigentes sandino-comunistas, quienes poco le importaban la soberanía y su integridad moral. Tratando de extrapolar un patrón machista y promiscuó, los agentes cubanos de la DGI en Nicaragua, no tuvieron el más mínimo recato de utilizar a los cooperantes en este innoble y canallesco episodio por el cual debimos y aún debemos pedir perdón.
Las relaciones sinceras que se establecían ,muchas veces eran tratadas por estos “jefecillos y agentes vela- portañuelas” ,  de forma cruel; pisoteando los sentimiento más puros de algunas parejas, y produciendo no pocos problemas cuando, al margen de la sucia planilla , crecía un amor genuino que era rápidamente desarraigado por la nefastas interpretaciones socio-políticas,  que siempre  pasaban por criterios disparatados; solo producidos  en nuestra tierra con más 40 años de perversión del pensamiento. Criterios de difícil interpretación para aquellas jóvenes nicaragüenses que solo entendían de amar y ser amadas.
Al escribir este artículo, he dejado a un lado un sinnúmero de anécdotas que por crueles nos haría palidecer; mientras que otras nos arrancarían la hilaridad. Casos hubo en que se torció el Amor, mientras que en otros primó las actitudes deshonestas  que dieron paso a una suerte de prostitución masculina que producía una relación vacía, que solo buscaba garantizar la pacotilla de unos empobrecidos internacionalistas cubanos que solo recibían como salario unos 2,5 dólares mensuales como promedio.
Tal vez nos acerquemos más a la virtud desoyendo la conciencia y limitándonos a decir la historia sin remordimientos ni temores. Contar algo produce un acercamiento a lo humano, a lo que en realidad valió la pena vivir.

Al terminar este artículo quiero dejar a un lado las sucias y viles  maquinaciones de los servicios de inteligencia del Castro-comunismo para recordar las cosas más positivas de aquel pueblo nicaragüense que encontré inmerso en una guerra fratricida, transitando el camino de la desesperanza y aguijoneados por la pobreza y la desesperación; pero que  nunca olvidaron,-sobre todos los niños, de regalarme una sonrisa. Nada me pidieron a cambio.

miércoles, octubre 19, 2005

Crónica cruenta: Auto agresiones y mutilados en las cárceles cubanas.



Ricardo Gonzalez Alfonso.
El arma blanca se torna roja. Un reo se amputó la mano. Otro, con la destreza de un cirujano y una cuchara filosa, se extrae un ojo.
He conocido a decenas de autoagresores en las cárceles cubanas. ¿Cuál será el grado de indefensión y desesperación que los motiva? Problemática completa, digna de ser investigada por sicólogos, siquiatras y sociólogos. Los presos lo explican con simplicidad marginal: "Es que estoy '(h) ostinado’".
Parece que este vocablo es el participo pasivo -cruento y activo- de una deformación del verbo hostigar (ni hostinar ni ostinar existen).
Esos reclusos son náufragos sociales que andan a la deriva por un laberinto infrahumano. Encrucijada capaz de amedrentar a los mismísimos ángeles, si no cuentan con un ideal cívico que dignifique el sufrimiento. Orfandad de altruismo que hace a los presos comunes más proclives a la autoagresión.
A diferencia de los suicidas, los autoagresores no buscan la muerte. Los hechos más benignos procuran llamar la atención para demandar un derecho. Los más graves los protagonizan los condenados a la pena capital, quienes se mutilan para conmover a los jueces. Algunos tienen otras motivaciones. Son tan aberrantes que sólo los explicaría una locura transitoria.
En la prisión camagüeyana Kilo 8 (conocida también como "Se me perdió la llave") traté con varios autoagresores. Me referiré a algunos.
Maceo es un mulato joven e inválido. Frente a su celda de castigo, la silla de ruedas. Una mañana pidió con insistencia que le limpiaran la celda. Él no podía por su impedimento físico. Ante la indiferencia de los carceleros el mulato tomó un cuchillo rústico y clandestino y se inflingió un tajo en el muslo. "¡Ahora me tendrán que baldear la sangre!", gritó triunfal. Maceo emplea también este recurso cuando necesita atención médica y no la recibe. Sus brazos y piernas muestran las cicatrices. Parece un tigre.
A Lourdes -un joven corpulento- los guardias le habían propinado una golpiza el día anterior. De pronto, desde su celda de aislamiento emitió un alarido: "¡Estoy (h) ostinado!" Se amputó el dedo meñique y lo lanzó al pasillo.
A Tony lo sancionaron a 30 años de prisión por facilitar el machete que utilizó el hermano para matar al padre de ambos. Enloqueció. Con una cuchara afilada se arrancó un ojo y alguien impidió que se sacara el otro. Durante horas grita a la desesperada: "¡Yo no maté a mi padre!" Después permanece días sin pronunciar una palabra, en un sin fin de silencios y gritos.
Héctor es un condenado a muerte que se inyectó petróleo en las piernas con una esperanza: que le conmutaran la sanción. Quedó inválido.
El caso de Ulloa es impresionante. También lo condenaron a la pena capital. Se cortó de cuajo la mano izquierda y pagó a otro recluso para que le extirpara la derecha. Por obra y gracia de su desgracia venció su "(h) ostinamiento". Con sus muñones no sólo hojea los libros, sino que escribe, dibuja... ¡Y cose!
En la cárcel de Agüica, en la provincia de Matanzas, un hombre treintañero, para ingresar en la enfermería -donde la comida es mejor y hay menos hacinamiento- se cortaba el talón de Aquiles. A veces el de la pierna izquierda; otras, el de la derecha. En el hospital de la ciudad de Colón lo operaban, y después regresaba a la enfermería de la prisión. En una ocasión se picó el tendón de marras en mi persona. Traté de impedirlo. Fue inútil. La última vez que lo vi tenía las dos piernas enyesadas. Lo llevaban cargado a la "polaca", la sección de celdas de castigo.
También en Agüica conocí a un joven que se hacía una incisión en el vientre y se sacaba por la herida parte del intestino. Lo hizo muchas veces, y otras tantas lo intervinieron quirúrgicamente. Las cicatrices en el abdomen se asemejan a un crucigrama. ¿Su reclamo? Un poco de afecto.
Un caso espeluznante es el de Chavela, un muchacho homosexual de Kilo 8, el que, drogado, se extirpó los testículos y el pene. Por poco muere desangrado, más no se arrepiente. Eso sí, a veces se sienta en un rincón para llorar su (h)ostinamiento. Otras, anda de mano con su último amante, añorando ser una mujer y no un hombre trunco.
Así sobreviven los autoagresores en las cárceles cubanas, con sus mutilaciones detrás de los barrotes, como si, de tanta sombra, el dolor fuera su luz.
Hospital Nacional de Reclusos. Prisión Combinado del Este. Ciudad de la Habana, Cuba, octubre 2005
* Periodista independiente y prisionero de conciencia, en la actualidad encarcelado injustamente con una condena de 20 años en prisión. (Foto de la izquierda)

viernes, octubre 14, 2005

Patient asks for visa to Venezuela because his doctor's there.


Por: Ernesto Roque Cintero. UPECI

An ailing patient hung a sign outside his residence in Old Havana last week seeking permission to travel to Venezuela to see his doctor who was sent there under a Cuban-Venezuelan exchange agreement.
Juan Pita Page, 72, said his doctor was unable to operate on him for a vision problem because he was dispatched to Venezuela along with other doctors.
Pita's sign said: "A transfer to Venezuela needed as the doctor who was going to operate on me is there."
A neighbor said that minutes after the sign was placed, the area police chief, the head of the block committee, a representative of Poder Popular and a family doctor were on the scene. They promised that Pita’s condition would be looked after.
Some 10,000 Cuban doctors have been sent to Venezuelan under an agreement between Fidel Castro and Venezuelan president Hugo Chavez.
Havana, Cuba 10/14/05

martes, octubre 11, 2005

Mensaje del Centro de Salud y DDHH a los participantes en el Encuentro de los demócratas cubanos en Madrid.



Ciudad de la Habana, 7 de Octubre de 2005.

Distinguidos Señores:

Emociona y llena de orgullo constatar que la búsqueda de una salida a la aberrante situación impuesta a nuestra sociedad desde hace décadas es tarea prioritaria de muchas personas en un número creciente de escenarios.
El desarrollo de tan magno Encuentro demuestra, entre otras cosas, que la convergencia de las distintas tendencias y corrientes de pensamiento que abogan por la libertad y la democratización de nuestra Patria no solo es necesaria sino posible.
Soy del criterio que una de las principales metas para modificar la realidad vigente y acelerar los cambios políticos, económicos y sociales, consiste en propiciar que la Oposición sea identificada por el pueblo como una fuerza política alternativa. El vínculo puede establecerse a través de acciones concretas, que tengan un impacto positivo en los cubanos de a pie.
Hasta ahora se ha insistido en el apoyo a los proyectos políticos como vía de solución a la crisis imperante en el país, sin embargo, no ocurre en igual medida con las propuestas cívicas que diferentes organizaciones pretendemos impulsar dentro de la Isla. Las precarias condiciones en las que sobrevive nuestro pueblo ameritan la estructuración de espacios independientes en la esfera social, para facilitar el acercamiento de modo más directo con la población.
En el caso particular de nuestro Centro de Salud y Derechos Humanos, ONG de profesionales de la salud, trabajamos limitados por los escasos recursos y prácticamente sin contar con medios de trabajo, no obstante, hemos logrado relacionarnos e influir en determinados sectores de la sociedad por medio de la materialización de diferentes iniciativas, cuyos objetivos se centran en que la población nos reconozca como una alternativa de solución a sus problemas.
El reto que nos hemos planteado consiste en lograr que sea superado el miedo y la ignorancia que paraliza a gran parte de la sociedad, así como despertar la conciencia de los indiferentes y vincular cada vez a un mayor número de personas a nuestras propuestas. Se precisa brindarles a los cubanos la posibilidad de ser gestores activos dentro de la transición.
En las filas de la Oposición interna se cuenta con el deseo y la capacidad suficiente para desempeñar el rol que exigen las actuales condiciones, cuestión que debe ser complementada con el apoyo material y el envío de recursos que garanticen la concreción de la labor independiente.
La misión del Centro está concebida de modo tal que podamos contribuir en el reconocimiento y la aplicación efectiva en el país de las disposiciones de la ONU y de los Organismos Multilaterales de la Salud que estipulan el derecho a la salud de las personas.
Dentro de nuestra línea de acción nos enfrascamos en:
  • -- Desarrollar, desde posiciones propias de la sociedad civil, acciones dirigidas a suplir las deficiencias del sistema de salud, principalmente ofreciendo servicios en las comunidades.
  • -- Dirigir a las autoridades competentes propuestas que pudieran mejorar la efectividad y eficiencia del sistema de salud pública en su función de asegurar la cobertura de atención médica a la población.
  • -- Localizar pacientes con enfermedades que requieran de diagnóstico y tratamiento deficientes en el país y facilitar el conocimiento de dichos casos a quienes desde el exterior puedan contribuir en la solución de los mismos.
  • -- Combatir la exclusión social en la que se hayan miles de cubanos marginados por las condiciones a las que están sometidos, personándonos en sus barrios para, en la medida de lo posible, ofrecerles soluciones concretas a sus carencias.
  • -- Monitorear el cumplimiento por parte de las autoridades de la debida atención de salud de los reclusos y portadores y pacientes VIH-SIDA. Identificando y dándole a conocer a las partes interesadas casos de presumibles violaciones.
  • -- Desarrollar y apoyar acciones cívicas que mantengan la demanda de excarcelación de todos los opositores y disidentes presos, en particular los médicos incluidos entre ellos.

Por la extraordinaria importancia que reviste el Encuentro que sostendrán durante los próximos días, donde nos sentiremos representados todos los que de uno u otro modo aspiramos a otro destino para nuestra Nación, les reitero mi unión al clamor de toda Cuba, que saluda con orgullo vuestros esfuerzos y les desea éxitos en sus propósitos.

Dr. Darsi Ferrer Ramírez
Director del Centro de Salud y Derechos Humanos "Juan Bruno Zayas".

domingo, octubre 09, 2005

Caos en el Sistema de Salud de Cuba.




Por: Dr. Elcire Guillot Delis.

Mientras el gobierno cubano mantiene su discurso resaltando los “grandes logros del Sistema de Salud”, la realidad vigente dentro del Sector es bien distinta.
Las deficiencias e insuficiencias conspiran contra el Derecho a la Salud de los cubanos de a pie, quienes no disfrutan de una adecuada cobertura de Salud por los pésimos servicios con que cuenta el sistema estatal, único a su disposición.
Una de las graves dificultades que afectan a los nacionales es el marcado deterioro de las instalaciones destinadas para su atención, en contraposición con las magnificas condiciones de las que son utilizadas para la atención de extranjeros y los dirigentes del Estado.
Otros factores que perjudican el buen funcionamiento del Sistema de Salud resultan la falta de responsabilidad y de profesionalidad en todos los niveles de atención, así como el desinterés y la desmotivación de los profesionales y trabajadores del ramo.
Evidencia de lo anterior se muestra en las fotos que a continuación se exponen:
En las primeras se observa un vertedero de basura, se ha tornado habitual, en uno de los extremos del frente del Policlínico “14 de junio”, ubicado en la calle Pérez, entre Acierto y Atares, reparto Luyanó, municipio 10 de Octubre, Ciudad de la Habana. Increíblemente se localiza a la entrada de la Vice-dirección de Higiene y Epidemiología de la institución, por donde, además, esta previsto el transito de los minusválidos que acuden a las consultas. También se observa como se esparce el agua por la calle producto de los salideros.
El segundo grupo de fotos exhibe el estado en que se encuentra el consultorio No 31-2 (foto de la derecha) ubicado en la calle A, entre Armas y Martínez, Lawton, municipio 10 de Octubre, en la Capital, perteneciente al policlínico “30 de Noviembre”. La doctora que trabaja en el mismo está en Venezuela cumpliendo “misión internacionalista” desde hace algún tiempo.
Las negligencias observadas en estas imágenes fotográficas no constituyen la excepción sino la regla del caos imperante en el Sistema de Salud de Cuba.
El Dr. Guillot Delis (Foto de la izquierda), es Médico y Miembro del Centro de Salud y DDHH. “Juan Bruno Zayas”. E-mail: eguillot05@yahoo.com

miércoles, octubre 05, 2005

Martha Frayde: una científica en la cárcel.

Cuatro años de encarcelamiento no han transformado el espíritu vivaz de la doctora Martha Frayde, ahora exiliada en España y por cuya liberación se alzaron prestigiosas voces de todo el mundo. Esta científica e incansable luchadora cubana, nacida en 1920, relata en exclusiva a Linden Lane Magazine (LLM) la trayectoria de su vida y su enfrentamiento a un sistema que de mujer revolucionaria la convirtió en marginada y presa política.

LLM: ¿Qué le hizo escoger la carrera de Medicina, Martha?
MF: Realmente de acuerdo con la formación y el cuidado de las lecturas, así como el énfasis que mi madre puso en la cosa literaria, yo debía de haberme ido por las letras. Sin embargo ,desde que estaba en la finca me preocupaba mucho desde muy temprana edad por las enfermedades que tenían los guajiros y como nuestra finca no estaba lejos de Mazorra – ese centro de reclusión de los enfermos mentales de Cuba, que era verdaderamente un campo de concentración- y como nosotros teníamos que para ir a La Habana , o bien atravesar Mazorra, o bien coger algún lateral, yo recuerdo que a mí se me iban los ojos mirando con horror como era que se podía tener hacinada así a la gente , e inclusive recuerdo que algunas veces en las noches en que el viento venia hacia nuestra finca ,se oían las lamentaciones y los gritos de los locos de Mazorra.
LLM: ¿De que modo influyo en usted su relación con su padre?
MF: Desde luego, las relaciones con mi padre se mantenían con un trato cordial y respetuoso, y fue un hombre de una sólida formación científica – era médico, doctor en Ciencias Naturales, en Física Matemática y el profesor más joven que tuvo la Universidad de la Habana, además de que fue ayudante del sabio don Carlos de la Torre. Cuando me visitaba le empezaba a preguntar, por ejemplo, que significaba ser loco. Mi padre me daba explicaciones de tipo científico hasta donde mi poca formación era capaz de asimilar y trataba que yo me aprendiera lo nombres científicos y vulgares de las plantas. Pero yo diría que mi padre intervino en una forma decisiva porque comprendió que yo no podía seguir con una formación intelectual sin cánones fijos. Una buena prueba de estas es que mi padre me dijo que un verano fuera al cuerpo de guardia de Mazorra, donde trabajaba un amigo , y este me permitió hacer algunas prácticas , y más que nada determinar si yo iba a tener la resistencia que se necesita para ser médico.
LLM: ¿Cómo fue su vida universitaria? ¿Cómo mujer encontró obstáculos para incorporarse normalmente a la carrera de medicina?
MF: Ya en la Universidad de la Habana era normal que la mujer tuviera libre acceso a la carrera de Medicina, aunque éramos una minoría. Sin embargo ese fue un cambio radical en mi vida. La Universidad era en ese momento un foco de inquietudes, pero yo era una estudiante que me dediqué a estudiar en mis años universitarios, bastante ajena a cualquier tipo de convulsión. Y cuando terminé mi carrera, se me dieron dos opciones: una, ser médico de un centro reformatorio para muchachas en Aldecoa o irme a ampliar mis conocimientos científicos. Opté por esta última y no me arrepiento .porque creo que la mejor manera de querer a su país es conocer otra cultura. Ya en el siglo pasado los que tenían medios económicos mandaban a sus hijos a estudias Medicina a Europa o EEUU y esa tradición perduró en la vida republicana, con lo cual el médico cubano logró, a través de un buen profesorado, una buena formación científica.
Vuelvo a Cuba a finales de 1948, llena de ilusiones, porque mi vida de postgraduada estuvo colmada de todas las facilidades que me dieron las Universidades de Montreal y McGill y gracias a las cuales obtuve conocimientos que en ese momento iban a ser un aporte para la clase medica cubana.
LLM: ¿Cuál fue su participación oficial al triunfo de la Revolución?
MF: En un principio se pensó que yo fuera Ministro de Bienestar Social, pero finalmente me di a la tarea de llevar adelante un Hospital no terminado y la Escuela de Enfermería que sería más tarde el Hospital Nacional y su Escuela de Enfermeras. Este período es uno de los más felices de mi vida intelectual por haber podido crear, junto a médicos y compañeros de otras profesiones, un hospital y una escuela que fueron modelos en Cuba en su momento.
Fragmentos de la entrevista a la Dra. Martha Frayde, conducida para la revista Linden Lane Magazine. La entrevista apareció en esta publicación en el número correspondiente a enero- marzo del 1984.
Foto de izquierda a derecha: René Portocarrero, José Lezama Lima, el P. Gaztelu, Martha Frayde, Enrique Tauler, Mario Parajón, Lorenzo García Vega, Fina García Marruz, Cintio Vitier y Eliseo Diego. Sentados: Roberto Fernández Retamar, Adelaida de Juan y Raúl Milián

sábado, octubre 01, 2005

Threat of an “Act of Repudiation” directed toward the wife of a Cuban doctor who is a prisoner of conscience and their four young children.



Yamilet Llanes Labrada, wife of prisoner of conscience, José Luis García Paneque, is presently very alarmed and worried about her physical safety and that of her four young children in their home in Las Tunas.

Upon returning home from visiting her husband in the Hospital of the Combinado del Este Prison, neighbors informed Mrs. Llanes Labrada that her name is on a list along with three other citizens that the Committee in Defense of the Revolution (CDR) publicly designated in mid September as “counter-revolutionaries” and terrorists that knock on the doors of homes and, inadvertently, place firecrackers and bombs. The CDR told neighbors in Las Tunas to remove their containers of drinking water from the entrances to their houses because these counter-revolutionaries poisoned the water, and they warned the neighbors not to let their children go near Mrs. Llanes Labrada’s home because she has the means to drug children in order to indoctrinate and use them.
Yamilet is suffering from chronic headaches, and she urgently denounces the following:
I am under a latent threat of a possible “Act of Repudiation”, since one of the persons pointed out by the CDR has already suffered an act of repudiation. Organized pro-government mobs brutally harass and beat marked citizens by surrounding their homes, banging on the doors and windows, and shouting obscenities. The suffering that the unjust incarceration of their father has caused my children is not enough. There is already a traumatic, psychological risk for them. María Caridad, (6), José Alejandro, (8), Shirlen, (10), and Sheila, (14), are in a constant state of stress that doesn’t go away. My children are not safe in the streets or in their schools, and even less in their own home.
Before the United Nations and all organizations that promote human rights in the world, I denounce how serious the risk can be for a child in Cuba.”10/1/2005

Yamile de los Angeles Llanes Labrada.
Calle Emilio González #63, entre Eliades Ávila y José Licea, Reparto Aguilera. Las Tunas, Cuba
Tel: +53-31-42910
Photo: Left: Dr. Jose L Garcia Paneque, prisoner of conscience
Right: Violent “Act of Repudiation”